sábado, 21 de julio de 2012

Repensar la Ciudad


Repensar la ciudad desde el pensamiento ambiental latinoamericano

Profesor Carlos Galano
Conferencia pronunciada en Rosario, “comarca del agua”, 20 de julio de 2010

A todas y todos buenas tardes, en principio quiero agradecer la generosa invitación y hospitalidad de permitirme de estar junto a ustedes que tienen una franca preocupación por la problemática urbana quienes están al frente de la gestión de las problemáticas urbanas y a todos aquellos que imaginan que en estos tiempos del siglo XXI el vientre frágil del mundo en que vivimos son las ciudades.
Con el tiempo nos vamos a ver pasando el tiempo, pero yo coincido con el gran poeta Holderling, al que muchas veces vamos a acudir, cuando decía sobre nosotros: “qué es esa raza taimada que cree saber la hora…” y nosotros creemos saber la hora desde que se constituyó el pensamiento insustentable, el pensamiento de la modernidad insustentable que hizo una medición matematizada del tiempo y la cronometró en estas cosas que no tienen una especie de inasibilidad del ser. Yo voy a hablar desde un lugar que se llama el pensamiento ambiental latinoamericano; es una concepción que desde la década de los 70 del siglo pasado comenzó a aletear por recónditos andariveles del conjunto de los países de la región, y especialmente sobre la problemática urbana y esta reflexión la hacemos desde un concepto clave que es el de crisis ambiental.

En el año 2002 nosotros planteamos un documento en Bogotá, este conjunto de pensadores latinoamericanos, para presentarlo en la cumbre mundial de Johannesburgo. Por supuesto que a esto le ocurrió las cosas que le ocurren cuando uno se enfrenta al poder de lo insostenible; Johannesburgo lo desestimó. Porque a Johannesburgo lo que se le vendió es la problemática de la sostenibilidad que han cooptado por las empresas, y la anatomía de la sostenibilidad tiene la vejez del iluminismo. Pensar ambientalmente desde Latinoamérica parecería una osadía del pensar. Ciertamente es un pensamiento de bordes, y fundamentalmente es un pensamiento contra hegemónico nacido de los arrabales de la descolonización del conocimiento en oposición a la omnipotencia de la visión euro céntrica y al aparato tecnocientífico de la modernidad insustentable. Este concepto de modernidad insustentable fue acuñado por un rosarino que supo ser profesor aquí en nuestra facultad de ciencia política, es Hector Ricardo Leivs. La modernidad insustentable tuvo una gran especialización, su hiper-especialización es el epistemicidio: mató todo lo que no pensara como ella. Construyó un monoteísmo mono -y siempre los monos son complicados- más de lo igual de lo mismo de lo repetitivo, en donde ha perfilado otra gramática.

Nosotros desde el pensamiento ambiental latinoamericano planteamos un proceso de deconstrucción de la fuerza unidimensional opresora de la diversidad. La modernidad es enemiga de la diversidad, de la diferencia odia la diferencia, lo ha planteado Newton, Descartes, Kant el padre de la concepción de educación que hoy tenemos que es Imanuel Kant –por ahí me voy por los andariveles, pero los andariveles no se temporalizan me parece-. Kant cuando divide el conocimiento en Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y el Arte pa’ que se dediquen algunos por ahí, estructuró la concepción de construcción de saber desde la división, desde la separación. Más ahora cuando alguien tuvo que definirlo a Kant, que además es el padre del derecho positivo que es el núcleo vital de las constituciones occidentales actuales, fue definido por un poeta del canto popular y dijo que Kant pensaba que “los nenes con los nenes y las nenas con las nenas…”, no se puede juntar lo natural, con lo social, con lo filosófico, esta prohibido. Me voy a apurar porque sino me imagino el pellizco que me van a dar.
Nosotros lo que proponemos es un descentramiento epistemológico, una verdadera rotación copernicana del saber que de un salto sobre el pensar metafísico oficial. Cuando nosotros hablamos de metafísica y empezamos con Platón -que es el padre malo de la criatura mal nacida que tenemos ahora- es porque él separó el ser del ente, y encima dijo que para entender lo que pasaba acá había que acudir al mundo de las ideas, allá arriba donde habitaba el pensamiento de los filósofos, los dioses, etc, etc. Cuando acá había un problema, “las Ideas”; después vino Aristóteles, para allá; después vino Descartes, Sujeto Objeto; después vino la mano invisible del mercado que siempre sabe resolver los problemas que tenemos el.
La metafísica es la huida hacia otra parte para poder explicar lo que pasa en esta parte. Eso es la concepción metafísica que tiene un imperio de dos mil y pico de años y que es el lastre que nos impide pensar al pensamiento. Nosotros hemos abierto la compuerta para pensar el pensamiento latinoamericano desde otros saberes, desde el diálogo de saberes. Estamos confluenciando también con la filosofía del “vivir bien” Aymara, de la “revolución de conocimiento” Mapuche y de una serie de concepciones y afluentes que van reformulando el pensar de la modernidad.
A lo mejor no tengo tiempo, soy oscuro… suelo ser oscuro; eso me lo dicen mis compañeros de la Chico Mendez que andan por aquí pero intentaré al menos decirles lo siguiente: que estas ideas que estamos planteando están formuladas a través de una concepción llamada del saber ambiental, y el saber ambiental no es una ciencia. El saber ambiental es una construcción también latinoamericana, no es una ciencia general de las relaciones entre la naturaleza. Acá esta el Río Paraná, yo vivo en un lugar en donde el patio de mi casa es el Río Paraná. Cuando yo nací el Río Paraná tenía 10km de ancho, ahora parece una serie de arroyuelos que fue modificada a medida que creció la tecnologización del Río para favorecer al comercio internacional. Mi subjetividad se construyó con un río, hoy ya viejo me tengo que conformar con un arroyo, y encima mugriento. Y este es el tema, ¿por qué ese Río no es más Él Río? ¿Por qué el Río se olvidó de ser? Como lo planteamos hace un tiempo con un documento de la Chico Mendez desde la sequía: el Río se olvidó de ser porque las perdices ponen huevos y no tienen crías.
Repensar la ciudad e imaginar los derechos de ciudad es un proceso simultáneo de deconstrucción construcción. El concepto clave -y esto es una construcción latinoamericana que esta afirmada en una serie de artículos sobre todo en el primer encuentro Universidad Ambiente Bogotá en 1985- es el concepto de ambiente. El ambiente como potencia, magma y significado del mundo y esto sí es una construcción radicalmente latinoamericana y por eso nos hace pensar en Latinoamérica. De ese campo epistemológico surgieron propuestas propias de la complejidad ambiental, de la interdisciplinariedad, a veces en los andurriales de la teoría de sistemas, hacia el diálogo de saberles. En estas esquinas de la reflexión sobre la cuestión urbana, en tiempos que el planeta ha visto concentrada su población a un fenomenal tsunami urbano al punto que la mayoría de la población, más de 4 mil millones de seres humanos, viven en ciudades que ocupan apenas el %3 del territorio de la tierra, de este tercer planetita de un solcito de arrabales; nos esta poniendo frente a un dato impactante, nuevo, inédito y no nos podemos… bueno, iba a decir una cosa que mejor no…  Aparece acá un iceberg de una problemática compleja que se abre cuando un mundo infinito se vuelca sobre un territorio inadaptado del pensar…
La cuestión urbana, el tema de la habitabilidad urbana, de los derechos ciudadanos y del propio ser se enfrentan a un desafío inédito cuyas resonancias tanto materiales como simbólicas tienen el eco de crujidos fantasmáticos. El siglo XXI es un siglo definitivamente urbanizado pero que además expresa la ineficacia de la concepción del pensamiento llamado paradigma mecanicista de Newton todo lo que nos dijeron que era, no existe, no esta en ninguna parte y seguimos pensando con el pensamiento que no existe. Lo dijo Einstein en 1905 cuando le escribió a un filósofo -¿qué le decimos a la gente? Después de la segunda ley de la termodinámica el pensamiento que teníamos no esta más. ¿Qué le decimos a la gente?, todo ha cambiado a nuestro alrededor menos nuestro pensamiento.
Este es el Río Paraná; mentira que es el Río Paraná. Nosotros vivimos en una región que los originales de Aviayala, este nuestro continente Aviayala, le llamaban el Nieñe, la comarca del agua; después vinieron los rubios del renacimiento analfabetos y sucios –mataban a los indios del olor que tenían a pestilencia- y le pusieron a esto Río de la Plata. Ellos miraban Plata, Comercio, Negocio no vieron el agua como filosofía del ser y la siguen sin ver, la siguen sin ver.
Para nosotros la crisis ambiental se amplifica en los ámbitos urbanos. Este documento que lo vamos a dejar, el Manifiesto por la Vida, establece que las ciudades gobernadas por la racionalidad insustentable, núcleo duro del conocimiento moderno, tan galileano… Galileo dice que la naturaleza se expresa en lenguajes matemáticos, el que no sabe matemática no sabe de que se tratan esas cosas, ajena, la externalidad. Pero por favor, acá hay que definir si el imbécil es él o los imbéciles somos nosotros. Hay uno que es matematización, hay uno que es vida pero no ahí hay vida. Nosotros somos naturaleza, vida en la vida; eso nos rompió algunas cosas el señor Galileo, de separarnos del ser. Esa temeridad del pensar escribió trazos insustentables en las ciudades de la globalización. Ustedes saben de la problemática urbana que la preocupación a estado en agencias como las Naciones Unidas que entre otras cosas en la última cumbre sobre las ciudades en Estambul del 97, dice que esto no va más. 5 años después ante Johannesburgo, al lado de Estambul más 5 y los problemas no es que ya no son problemas, son un drama sin solución. Nosotros planteamos un pensamiento de bordes, alternativo, nutrido en los mares de la subversión epistemológica. El diálogo de saberes es un pensamiento que piensa al pensamiento y se nutre de lo aún no sido. Frente a esta definición el coro pragmático del reduccionismo farfulla: -no hay que pensar, solo hay que actuar; como si el pensar no fuera el motor de la vida, como si pensar fuera distanciarse del mundo de la vida, como si pensar no fuera la manera como habitamos la tierra.
38 años después del Club de Roma en Estocolmo, la primera vez que se plantea el tema de la plata el Club de Roma que eran los empresarios dijeron –el fin del crecimiento, lo que había se acabó, no puede seguir, esto es imposible. A 33 años de Vilisi aquel encuentro trata el tema de la educación -y todos salimos de las escuelas- y Vilisi tiene dos principios. Uno dice: el principio de la nueva educación tiene que ser una ética para ¿pensarse? ¿pertenecer?… y nosotros decimos –pero si ética siempre vi, desde ética… No señor, dice -una nueva ética, y cuando plantea una nueva ética quiere decir -no más ética kanteana. Porque fue Kant cuando separa el universo de estas cosas quien define que la naturaleza no es sujeto de derecho y que el hombre pertenece al reino de la libertad, y allá arriba se plantea la política, la ética y su relación con la divinidad; acá abajo actúan la ciencia y la tecnología para cumplir el mandato de Bacon, Francis Bacon que fue, ustedes saben, el creador del método experimental. Y Francis Bacon dijo: “–la naturaleza es una puta, hay que penetrarla, hay que dominarla, hay que esclavizarla, hay que hacerla hacer lo que yo quiero para hacerme bien”... Esa realidad cosificada, puta. Y bueno, ya lo voy a explicar. Río de Janeiro 1992 la Cumbre de la Tierra y Agenda XXI, nosotros tenemos una gran admiración por Río de Janeiro, los Congresos iberoamericanos de educación ambiental -llevamos 7 el último fue en San Clemente del Tuyu- dijo es así de cojonudo el problema: hablamos de las metas, de las 2012, 2015, del 2020, 2050. Ya sabemos lo que nos viene pasando desde hace 300 años.
Tanto sobre la ciencia y la tecnología como del propio pensamiento podemos decir que no hay un modo de pensar neutral, hacer la hidrovía no es neutral, pensar algo no es neutral, imaginar nada tiene de neutralidad. El pensamiento de una comunidad de actores refleja un régimen de verdades sobre la realidad. A la ciudad por su parte también se le ha pretendido modelar a partir del pensamiento modernizante bajo un sistema de gestión ambiental donde los recursos terminan siendo objeto de mercado y negociación. Con el pensamiento ambiental complejo la sociedad se posiciona de modo diferente ya que se logra comprender que las responsabilidades así como las afectaciones son recíprocas. Dijimos que vivimos en un mundo urbano, en América latina el %80 esta urbanizado y se despliegas sus poblaciones en megalópolis como México y Buenos Aires y Sao Pablo. Metrópolis, ciudades medianas y pequeñas, ciudades globalizadas, ciudades duales, ciudades industriales, ciudades portuarias, ciudades rurales, ciudades suburbios, ciudades virtuales, ciudades basura, ciudades violentas, ciudades siempre...
En ese contexto de vertiginosidad de lo arquitectónico y de lo emigratorio, la trama urbana configura suelos espaciales por golpe de furia de la …. Inmobiliaria. La ciudad se pulveriza en micro ciudades, lo de Estambul, Nueva York, París; la que se les ocurra. De contornos…. Regidas por el principio organizador del aislamiento de la verticalidad y de la claustro filia.
Todas las metrópolis promueven la domesticación de los cuerpos y la bulimia del alma, pero son esencialmente bulímicas porque cuando usan y abusan de los materiales expulsan lo que expulsan, generando la mayor huella ecológica. Si uno tomara como referencia una ciudad igual a Rosario, Vancouver en Canadá, súper sofisticada, desarrollada, las universidades que tienen, la facultad de matemáticas más fantástica que pudiera haber; 30 grados bajo cero con calefacción por todas partes, bueno, Vancouver consume energía para producir ese bienestar, al ropa los carros, las escuelas, los sanatorios, la tecnología… que se van a pasear cuando hace frío a playa varadero, se tiran en bolas ahí… de 0,8 hectáreas por persona. Y uno que es un imbécil latinoamericano dice: -a ver si de 0,8 hectáreas acá tradujéramos para Argentina, para el Congo, para Bangladesh ese nivel de bienestar… por 6.600 fantástico, 40 mil millones de hectáreas, 5 planetas. Hace tiempo que alguien le contestó a esa imbecilidad de la insustentabilidad como fue un poeta llamado León Felipe: “a la cuna del hombre la mecen con cuentos, a la boca del hombre la tapan con cuentos, a los huesos del hombre los entierran con cuentos y yo que vengo de todos los lugares, de todos los espacios no quiero que me cuenten mas cuentos porque nos sabemos todos los cuentos”.
Entonces, además hay un mundo rural en todas partes, en disgregación, amenazado por el desarrollo de una concepción; especialmente por la expansión de la industria y la agricultura industrializada como el que genera el latifundio genético en la pampa gringa. También este concepto “latifundio genético” es de un geógrafo integrante de este equipo que es Carlos Alberto Gonzalez, Universidad Fluminense de Río de Janeiro. Es una agricultura de exportación sin campesinos, cuya progresión en todo el planeta va a activar aún más las migraciones masivas. Se calcula que entre el 80 y la década que viene en China van a migran 500 millones de personas del campo a la ciudad; la mayor migración jamás vista en la historia humana y eso no es un problema de China, ese es un problema de nosotros acá frente al Río Paraná, y en la facultad y donde estemos porque ya se los comenzaron a sacar de encima, porque es inviable. Ahí donde había un pueblo de pescadores en el 80 hay una ciudad de 9 millones de habitantes. El Río Yang tzé Kiang, ¿amarillo? –no son el mismo río- donde nació la civilización en el neolítico, la agricultura y la revolución urbana; el Río Yang tzé Kiang hace 10 años que no desemboca más en el Pacífico.
El problema de la región de Pekín donde viven 200 millones de personas es que no tienen agua y no van a tener agua. Estas son las cosas que tenemos que discutir, no ese emperifollaje como si fuera una niña de 15 años que festeja y se pone la mejor vestimenta pero sigue siendo una niña de 15 años.
La crisis de lo urbano se escribe con los lenguajes de la soledad del hombre. Robert Musil, un escritor de la Viena del 900, que vale la pena leer porque tiene el libro más fantástico de lo que somos nosotros en los últimos 300 años que se llama “El hombre sin atributos” dice que la característica nuestra es la de la soledad en donde “estamos como un naufrago que navega en un océano de detalles…”. En el manifiesto por la vida nosotros planteamos que la crisis de la ciudad, la preocupación sobre la cuestión urbana a aumentado, afortunadamente, y vemos como en todos partes –aquí en Rosario es explícito- hay una preocupación por saber de que se trata vivir en la ciudad. Vivir en la ciudad en tanto y en cuanto esta idea de la habitabilidad requiere en principio el ver ¿qué quiere decir vivir? Y nosotros nos quedamos con una definición de Rimbaud, aquel poeta que dijo “de lo que se trata la vida es de vivir la verdadera vida…”, no la que me dicen los íconos publicitarios, las películas, esto, aquello; se imaginan ustedes si yo hiciera caso a la publicidad sería un imberbe recién nacido. Que por ahí uno ve que toma esto, que va a allá y aparece un culo, disparates, impiden el pensamiento, pero avanzar sobre la reflexión de la matriz urbana se corresponde con una concepción generadora de la inhospitalidad urbana, de desencanto y de deserotización de la cultura fraguada en la estandarización y cosificación utilitaria de la naturaleza.
¿Me permiten una interrupción de un minuto? Voy a ser breve.
Se produjo un extraña quietud. Las pocas aves que se veían se hallaban mugrientas, temblaban violentamente y no podían volar. Era una primavera sin voces.” Esto lo descubrió una bióloga en 1946 cuando vio que en el lugar que vivía en el medio de Estados Unidos que pasaba esto. Empieza una investigación y advierte que están utilizando un producto sintético recién adquirido logrado en la época de la segunda guerra mundial, y cuando quiere publicar esto el Readers Digest, la propia academia, le llamo esta loca y la aislaron. Ella siguió investigando. El señor que descubrió eso en 1948 recibió el premio novel de medicina, Paul Müller.
Pasa el tiempo, la cosa tiene un impacto gravísimo, era presidente Kennedy. Ella llega ahí, plantea y Kennedy al cuarto, a otra cosa mariposa. Ella muere de cáncer en 1964; ella escribió eso, se llama Rachel Carson. Es el libro de ciencia más fantástico y poético escrito hasta ahora, se llama “La primavera silenciosa”. El premio novel descubrió el DDT en la década del 70 prohibido por la organización mundial de la salud, y hoy , los productos agro tóxicos son peor que el DDT y tienen cara conocida.
El “urbano” como ya lo expusieron los frankfurteanos… ¿ustedes saben que el concepto “espacio” del que hablamos, por la ciudad también es espacio, el río es espacio, nosotros tenemos un espacio corporal no fue filosofado en los últimos 300 años? Y nosotros cómo construimos el concepto de “sujeto”, si el sujeto es la relación entre espacio y tiempo. No hay filósofos más recientes, los frankfurteanos por el 30, Foucault y Latinoamérica. Porque el espacio de la modernidad no existe, es el tiempo moderno y el espacio es el mercado. Esas son las grafías que arrastramos de los lenguajes aún corporales.
Para reimaginar otro proceso de urbanización deberíamos navegar por las aguas turbulentas de la descolonización del conocimiento. El concepto “ambiente” no deviene exclusivamente y necesariamente de una descripción científica; el ambiente se construye complejamente por la relación interdependiente entre la cultura y la naturaleza. Redefinir el concepto “espacio” es un desafío simultáneamente epistemológico, ontológico y ambiental. El concepto espacio ha sido subalternizado por el tiempo, por eso nosotros también acudimos como nos dicta nuestro maestro filósofo Rodolfo Kusch, ex rector de la Universidad de Tucumán por los ’70, al concepto de “estar como” Aymara, o la idea del “aquí con raíces” de los pueblos originarios de donde se nutre el dialogo de saberes y el pensamiento ambiental latinoamericano.
Reapropiarnos del espacio metafórico de lo complejo, arraigar la vida en cada lugar, erradicar el sentimiento de baldío imperante en la cultura del malestar permanente. Ahí vieron unas fotografías de una de las obras más fantásticas que son las de Piranesi; Giovanni Battista Piranesi 1750. Él con lo que hizo desmontó la percepción de renacimiento, las ideas de la época, el propio gusto lo reliq… decían: -“está loco…” Goya cuando lo conoció enloqueció del todo. Eisenstein cuando hace el cine moderno, el acorazado Potemkin lo hizo porque lo conoció a Piranesi, y Piranesi lo que planteo es la lógica de la anticipación. En las cárceles de Roma él veía no como el renacimiento que veía todo hermoso, ¿qué iba a ser hermoso si no había nada?, era un quilombo, una destrucción, Roma una porquería inmunda llena de ratas. Entonces él vio eso, pero anticipó lo que venía.
Esta lógica de la anticipación es la que planteamos como un concepto de “justicia ambiental” para imaginar la ciudad hospitalaria, reimaginar la ciudad y el derecho a la ciudad como reza la convocatoria a esta conferencia aquí en Rosario a orillas del Río Paraná, eje vital de la comarca del agua. Sí en la modernidad el sujeto se opone al objeto, nuestro pensamiento ambiental complejo permite sentir las redes comunicacionales de la vida con sus sustancialidades. Próximas. En este sentido el fenómeno urbano desarrollado a través de los marcos conceptuales y prácticas impuestas por la modernidad insustentable. El conjunto de las ciudades ya no están en condiciones de interpretar los rasgos de la gramática del conflicto ambiental.
Una ciudad no se reduce simplemente, no es simplemente la visión del mundo de un período histórico sino por el contrario es un eminente fenómeno físico. La ciudad de estos tiempos ha sido como algunos dicen… No quiero decir lo que ha dicho pero ruego que puedan leer a un sociólogo español que se llama Jesús Ibáñez muerto hace unos años y que vale la pena que hoy conozcamos.
Deberíamos hacer visibles las grietas generadas por los remezones ontoepistemológicos contemporáneos, este conflicto de aquí de Rosario, Córdoba, el de la patagonia, el de América latina, el que hay en el conjunto del mundo. Las ciudades parecen ser como ciudades innombrables, deberemos ser como Odiseo; deberemos afirmar el linaje piranesiano de la lógica de la anticipación. O somos estrategas de un éxodo permanente anclados en los suelos fértiles aún no narrados. Por la visión piranesiana de futuro, o nos quedaremos en las arenas movedizas de las costas confortables de lo conocido y de lo mismo.
Sabemos que hay problemas. Sabemos que tenemos enormes dificultades para dialogar en este marco de confrontación de paradigma. El que se va y el que viene. Es como un dialogo del crepúsculo y la alborada, tiene que pasar la noche para que muera el crepúsculo y amanezca la alborada. Pero reconocemos en el arte una fuente de inspiración permanente para pensar lo urbano. En definitiva pensamos que lo local es la unidad subyugada por la globalización lo legados sistemáticamente negados por el neoliberalismo. Sostenidos en la tradición latinoamericana geográfica, urbanística e inscripta en el derrotero del pensamiento ambiental latinoamericano y en nuestras propias cartografías cognitivas urbanas ambientales, imaginamos que repensar la cuestión urbana desde la racionalidad ambiental significa poner en cuestionamiento y sospecha la proliferación de prótesis tecnológicas largamente instrumentada con la ilusión de resolver los problemas urbanos. Ilusión en latín significa engaño.
La ciudad que deseamos es también la ciudad que presentimos, y por que no ha de ser también la ciudad que ignoramos. En la búsqueda de sentidos urbanos no hay que se ofrenda frente a la ciudad armada su delicadeza y la imprecisión de sus recuerdos dice: -“yo presentí la entraña de la voz, las orillas, palabras que la tierra por el azar del agua y que da a las afueras…” Una aventura infinita y termino y le agradezco generosamente y les ruego con mucha pesadumbre me perdonen las impertinencias que me habrán escuchado, tomando una idea de un amigo: “-Rilke tenía razón cuando le dijo a su joven discípulo pregúntese si puede vivir sin ella, y si pueda vivir sin ellos -es decir la poesía, la pasión, la filosofía, las búsquedas de lo que aún no ha sido- entonces viva sin ella”. Hablaba por supuesto de todas estas cosas, de la voz que llama desde el bosque a oscuras, de llama que calcina los huesos del lenguaje; la única, febril, incandescente. Hizo suya la respuesta el discípulo como la hice yo también y anotó versos al margen de sus días que la larga lluvia de los años desparramó sin tregua por infinitas arenas del olvido. Rilke, ninguno de nosotros escribe cartas en la desesperación, ninguno espera que le digan lo que no se atreve a oír. Nos reímos del amor y del misterio mientras deambulamos por los supermercados, saludables cadáveres que buscan en el brillo de las góndolas el precio de sus almas. Muchas gracias.

Nota: Esta conferencia fue dictada en el marco del ciclo “Ciudadanía Plena: Espacios urbanos, espacios humanos, el derecho a la ciudad”, organizado por la Red de ciudades progresistas, el CEMUPRO y la Fundación F. Ebert. El panel lo integraron además Margarita Rigat como moderadora y una representante de la CEPAL.