viernes, 27 de enero de 2012

Recortes

“Una salida invitando a la aventura. Entonces se trata también de salir a pasear la vista con la mirada, y se encuentran cosas que están, pero no tanto. Porque si estuvieran desde antes, antes se hubieran visto.”
Una de ellas está acá. Salta del monitor y se viene. No es agradable que venga. ¿Qué puede querer con vos, conmigo, ella que allí descansa sobre una cruz? No le tengo afecto, menos si llega con alas.
La mirada porta existencia en su bautismo de las cosas. Así, cruelmente desconocida una realidad, sigue siendo real para aquel otro ser, humano, vegetal o pedestre que la vive con absoluta carnadura. La duda política parte del mismo supuesto: existir es mirar, nombrar y poseer.
La ciudad, con sus existencias posee presencias múltiples, territorios in-explorados para alguien, que se bautizan en la mirada. La mirada, a su tiempo, es recortada por el lente y ya es otra. En la extrañeza de no ser ni cosa, ni bautismo, ni mirada, la fotografía es la nueva presencia de todos los pasados y la punzante vocación del futuro por significar.
Aquí, recortes de Rosario, esa ciudad pedestre que desemboca en el Paraná toda su pulsión vital. 
Curiosísima. Una salida, dos salidas, ¡tres salidas! Elecciones nomás. O seguís la escalera para llegar la azul del cielo, o entrás por la puerta y te quedás en el ¿purgatorio de la cisterna?


 
Liberar la imaginación y ver: un lider, con el puño al cielo. Una causa, la fé. un tendal, a su paso.



Metáfora visual. Catedral de Rosario. Orientar la vista y encontrar la mirada. Ayuda el viento trae. Si que arde.